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Rise of the Solar Phoenix

por Bill Tiepelman

El ascenso del Fénix Solar

El mundo había olvidado las viejas costumbres. Se había vuelto complaciente bajo el brillo artificial de sus propias creaciones, ciego a los ciclos antiguos que regían la existencia. Los imperios habían surgido y caído, pero en su arrogancia, los gobernantes de esta era creían que serían los últimos. Construyeron ciudadelas de acero y vidrio que se elevaban hacia los cielos, como si desafiaran al cosmos a tomar nota. Y el cosmos lo hizo. Comenzó como un murmullo, un temblor en el tejido de la realidad que solo las almas más antiguas podían percibir. El cielo, antaño una bóveda infinita de estrellas, se volvió inquieto. Una sombra se extendió por la luna, devorando su luz, convirtiendo el cielo en un vacío más profundo que la noche. El aire se espesó con el aroma de algo antiguo, algo primitivo. Los vientos llevaban susurros de lenguas olvidadas, sus sílabas se enroscaban entre las ruinas de civilizaciones extintas hace mucho tiempo. Entonces apareció la primera brasa. El nacimiento del infierno En lo alto del océano desolado, una chispa brilló, increíblemente pequeña en la inmensidad del cielo. Latía, un latido rítmico en medio del silencio, volviéndose más brillante a cada momento que pasaba. Las nubes se curvaron hacia adentro, atraídas por su presencia, y oscuros rizos de humo se arremolinaron en una formación caótica. La brasa se hinchó y se expandió hasta convertirse en un orbe de luz crepitante. Los cielos temblaron cuando el fuego y la sombra se entrelazaron, dando origen a algo que no había aparecido en este mundo en siglos. Un único grito rompió el silencio: un sonido sobrenatural que reverberó a través de los huesos y la sangre, resonando en todos los continentes. Entonces, con un destello cegador, el cielo se encendió. Alas de oro fundido atravesaron el velo de la noche y se desplegaron en una explosión de fuego y luz. Una forma emergió del infierno, terrible y magnífica: plumas envueltas en llamas celestiales y una armadura adornada con las ruinas de eras olvidadas. El Fénix Solar había regresado. El despertar En las profundidades de la ciudad en ruinas de Ish'kar, los últimos Videntes se arrodillaron ante un altar tallado en obsidiana y hueso. Sus ojos, nublados por la edad y la profecía, se abrieron de par en par a medida que la visión se desplegaba ante ellos. El Fénix no era simplemente una criatura: era una fuerza, un presagio, un cataclismo necesario. "Es como predijeron las piedras", susurró uno de ellos, con una voz apenas audible por encima del viento que soplaba cada vez más fuerte. "El ciclo se ha completado". Desde la torre más alta, los restos de la humanidad observaban en silencio. Sus armas, forjadas con la arrogancia de la supremacía tecnológica, eran inútiles contra este ser celestial. Ningún acero, ninguna máquina de guerra, ninguna maravilla científica podría resistir lo que estaba por venir. Hacía mucho tiempo que habían cortado sus lazos con las antiguas leyes del equilibrio, y ahora el equilibrio sería restaurado por el fuego. El Fénix extendió sus alas y el aire se deformó en respuesta. Con un solo y poderoso aleteo, envió oleadas de fuego en cascada hacia la tierra, un infierno que se tragó los restos de los mayores logros de la humanidad. Las torres se derrumbaron, los ríos se evaporaron y la tierra misma se abrió, arrojando vetas fundidas a las calles en ruinas. Entre la destrucción y el renacimiento Sin embargo, en medio de la destrucción no había malicia. El Fénix no castigó, sino que limpió. Tras las llamas, el suelo no se marchitó, sino que prosperó. De las cenizas de las viejas estructuras, algo nuevo empezó a surgir. Unas extrañas enredaderas iridiscentes se deslizaban por las grietas de los monumentos caídos y se enroscaban alrededor de las estatuas destrozadas y las armas rotas. La tierra, envenenada durante mucho tiempo por la guerra y la codicia, se estaba curando. En lo más profundo del corazón del infierno, los ojos del Fénix ardían con sabiduría cósmica. Había visto cómo este ciclo se desarrollaba en incontables mundos, en incontables civilizaciones. Resistirse al cambio era invitar a la ruina. Aceptar la destrucción era invitar al renacimiento. Visiones del Eterno El tiempo dejó de tener sentido en presencia del Fénix Solar. Los últimos Videntes, aquellos que se habían preparado para ese momento, se arrodillaron en reverencia ante la criatura, con el espíritu inquebrantable. Mientras las llamas danzaban a su alrededor, tuvieron visiones, vislumbres de lo que estaba por venir. Vieron el renacimiento de los océanos, el regreso de ríos perdidos que fluían con plata líquida. Vieron bosques de árboles cristalinos que se alzaban donde antes había torres de vidrio y acero. Vieron un pueblo, diferente a todos los que habían caminado por este mundo antes: seres nacidos del fuego y el polvo de estrellas, luminosos y eternos. Pero también vieron la siguiente caída, la siguiente arrogancia, la siguiente era del olvido. El Fénix no se demoró. Nunca lo hizo. Su propósito estaba cumplido, su deber hacia el orden cósmico estaba completo. El ascenso Cuando la primera luz del nuevo amanecer besó el horizonte, el Fénix volvió su mirada hacia el cielo. El fuego que lo rodeaba se encendió, ardiendo más brillante que cualquier estrella, hasta que su forma fue indistinguible del sol mismo. Con un último grito desgarrador, ascendió, dejando atrás un mundo cambiado para siempre. Por ahora. Pero un día, cuando el ciclo llegara nuevamente a su fin, cuando la arrogancia eclipsara a la sabiduría y la tierra una vez más se estancara bajo el peso de su propio exceso, el Fénix resurgiría. 🔥Lleva la leyenda a casa🔥 Experimente el poder fascinante del Fénix Solar con productos asombrosos y de alta calidad que presentan esta obra de arte impresionante. Ya sea que desee transformar su espacio, llevar su fuego con usted o sumergirse en su energía cósmica, lo tenemos cubierto: 🔥 Tapiz : deja que el Fénix brille en tus paredes con esta pieza textil atrevida y vibrante. Impresión en lienzo : una obra maestra con calidad de museo que captura la esencia del renacimiento cósmico. 🔥 Fundas para teléfono : disponibles para todo tipo de teléfonos, envuelve tu dispositivo con el espíritu ardiente del Fénix. 🔥 Toalla de playa : deléitate con las llamas celestiales con una toalla tan atrevida como tu espíritu. Abraza la leyenda. Lleva el fuego. Sé testigo del renacimiento.

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