aurora borealis fiction

Cuentos capturados

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Pinecone Dreams and Northern Lights

por Bill Tiepelman

Sueños de piñas y auroras boreales

En lo más profundo del gélido corazón del norte, donde el invierno envuelve al mundo en silencio y las auroras tejen sus etéreas danzas en los cielos, se encuentra una leyenda que se cuenta solo en voz baja junto a las hogueras encendidas. Es la historia de la Cabaña de la Piña y del curioso leñador que la encontró por casualidad una fatídica noche. Algunos dicen que es un cuento de magia; otros afirman que es un cuento fantástico contado por aquellos que han bebido demasiados tragos de hidromiel especiado. Pero una cosa es segura: es una historia que nadie olvida. El caminante y la piña En los primeros días del invierno más largo del que se tiene registro, un intrépido vagabundo llamado Bjorn partió de su aldea aislada en busca de leña. Bjorn no era el hachador más afilado del cobertizo, pero lo que le faltaba en inteligencia lo compensaba con pura terquedad y amor por las aventuras improbables. Armado con poco más que un hacha de mano, un frasco de dudoso "anticongelante" y un mapa cuestionable garabateado en el dorso de una servilleta de taberna, Bjorn avanzó con dificultad a través de ventisqueros que le llegaban hasta la cintura. Mientras las luces del norte danzaban burlonamente sobre su cabeza, Bjorn maldijo en voz baja. "Por los dioses", murmuró, "más vale que esto no sea otra búsqueda inútil. La última vez terminé con un ganso que me mordió". Pero justo cuando estaba a punto de abandonar la esperanza y retirarse a su choza igualmente helada, lo vio: un débil resplandor en el interior de una enorme piña. La cabaña que no debería existir Bjorn parpadeó dos veces, se frotó los ojos y volvió a mirar. Allí estaba, claro como el día: una pequeña cabaña de troncos acunada cómodamente entre los brazos curvados de una piña colosal. El humo se elevaba perezosamente desde su chimenea, llevando el inconfundible aroma de canela y castañas asadas. "Esto debe ser el hidromiel", murmuró Bjorn, tomando un trago solo para confirmar. No, la cabaña todavía estaba allí. Impulsado por la curiosidad y el delirio provocado por el frío, Bjorn trepó por la piña nevada como una ardilla gigante. Llegó a la puerta y llamó con cautela. Para su sorpresa, se abrió sin siquiera un crujido, revelando un interior cálido que parecía increíblemente espacioso. Estanterías llenas de libros antiguos, una chimenea crepitante y una mesa llena de cuencos humeantes de estofado lo recibieron. Un gnomo diminuto y bien vestido estaba sentado en una mecedora, fumando una pipa. Un gnomo y su extraña propuesta —¡Ah, un invitado! —exclamó el gnomo, con voz tan alegre como una ardilla en su tercera taza de café—. ¡Bienvenidos a la Cabaña de la Piña! Me llamo Thistlewood. ¡Siéntate, siéntate! Pareces medio congelado y completamente confundido. Bjorn, cuya mente había renunciado oficialmente al pensamiento racional, se dejó caer en una silla y aceptó un plato de estofado. "Entonces, eh", empezó entre bocado y bocado, "¿de qué se trata? ¿Magia? ¿Alucinación? ¿Algún tipo de broma elaborada?" Thistlewood se rió entre dientes. "Ustedes los humanos siempre piensan demasiado en pequeño. Esta cabaña es más antigua que sus dioses más antiguos. Existe para albergar a los vagabundos como ustedes y ofrecerles una opción: regresar a su vida normal o quedarse y aprender los secretos del bosque". Bjorn frunció el ceño. —¿Qué clase de secretos? ¿Por ejemplo, dónde esconden las ardillas sus nueces? ¿O cómo los árboles chismorrean sobre nosotros? El gnomo sonrió con sorna. —Más bien, cómo convencer a las auroras para que escriban tu nombre en el cielo, o cómo hacer crecer un bosque entero a partir de una sola aguja de pino. Pero ten cuidado, este tipo de conocimientos conllevan responsabilidad... y una buena dosis de travesuras. Una decisión que cambia la vida Bjorn se rascó la cabeza; su lado pragmático luchaba con su amor innato por el caos. Se imaginó a sí mismo como una especie de mago del bosque, que dominaba los árboles e impresionaba a los clientes de la taberna con sus brillantes trucos con la aurora boreal. Luego se imaginó a los ancianos de su aldea sermoneándolo sobre la responsabilidad y se estremeció. —Te diré una cosa, Thistlewood —dijo, reclinándose en su silla—. ¿Qué tal si me quedo a tomar el guiso y unas cuantas de esas castañas? El conocimiento parece mucho trabajo. El gnomo echó la cabeza hacia atrás y se rió. —Está bien, Bjorn. No todo el mundo está hecho para la vida mágica. Pero déjame dejarte esto: un pequeño regalo para el camino. —Le entregó a Bjorn una pequeña piña que brillaba tenuemente—. Plántala cuando estés listo para algo extraordinario. El legado de la piña Bjorn regresó a su aldea con la barriga llena, un curioso objeto y una historia aún más curiosa. Nunca plantó la piña, pero la mantuvo en su repisa como recordatorio de que el mundo era más grande y extraño de lo que jamás había imaginado. En cuanto a la Cabaña de la Piña, algunos dicen que todavía se les aparece a los vagabundos en la nieve, ofreciéndoles una opción y un plato de estofado. ¿Y Bjorn? Bueno, se convirtió en el narrador favorito de la aldea, convirtiendo su historia de la cabaña en una leyenda que conmovería los corazones de generaciones enteras. Así que la próxima vez que estés en el bosque y percibas un leve olor a castañas y canela, mantén los ojos bien abiertos. Es posible que encuentres la cabaña Pinecone y, con ella, una historia que valga la pena contar. Trae la leyenda a casa Captura la magia de "Sueños de piñas y luces del norte" en tu vida cotidiana con hermosos productos inspirados en este cuento encantador. Ya sea que quieras agregar un toque de serenidad invernal a tu hogar o llevar contigo un trocito de esta fantástica historia, tenemos los recuerdos perfectos para ti: Tapiz : Transforme cualquier espacio en un acogedor paraíso invernal con este impresionante arte de pared. Impresión en lienzo : Lleva la calidez y el brillo de la cabaña Pinecone a tus paredes. Bolso de mano : lleva contigo un trocito de la leyenda, perfecto para el uso diario o para iniciar una conversación. Cortina de ducha : Comience sus mañanas rodeado de la serena belleza de una escapada invernal. Explora estos y más en Unfocussed Shop y deja que el encanto de Pinecone Cabin inspire tu hogar y estilo de vida.

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Mysteries Under the Aurora Veil

por Bill Tiepelman

Misterios bajo el velo de la aurora

La aurora susurraba en el cielo, bandas de luz verde y violeta entretejiéndose en una danza espectral. Solo sobre el hielo, Nathan permaneció hipnotizado, su aliento se nublaba en el aire frío de la noche, sus ojos reflejaban el brillo surrealista que había arriba. El lago helado se extendía sin fin, un océano de hielo bajo sus pies, su superficie agrietada se ramificaba en patrones irregulares que brillaban bajo la luz de las estrellas. Pero no era la aurora ni el paisaje vacío y helado lo que lo mantenía clavado en el lugar. Era el rostro debajo del hielo. Lo había notado por primera vez desde lejos: una forma oscura bajo la superficie del lago, que se alzaba mientras caminaba sobre el hielo crujiente. Curioso, se había acercado más, solo para encontrarse mirando hacia abajo, a un rostro enorme, atrapado e inmóvil, justo debajo del hielo fracturado. Tenía los ojos cerrados, las pestañas bordeadas de escarcha, su expresión era de una quietud inquietante. Pero no era un rostro normal. La piel estaba grabada con patrones cósmicos, venas que brillaban tenuemente, como si contuvieran las estrellas en su interior. El cielo volvió a cambiar, un destello de verde esmeralda iluminó la noche y, bajo esa luz, el rostro pareció agitarse, casi como si la figura congelada estuviera respirando debajo de su prisión de vidrio. Nathan se tambaleó hacia atrás, pero su mirada permaneció fija en el rostro, mientras su mente corría para dar sentido a la visión imposible. Los ojos de la figura se abrieron lentamente, revelando profundidades oscuras y brillantes que reflejaban las estrellas de arriba, como si los ojos mismos fueran ventanas al universo. Su corazón latía con fuerza cuando esos ojos antiguos e insondables se encontraron con los suyos. Sintió una atracción repentina y vertiginosa, una sensación como si lo estuvieran arrastrando hacia esa oscuridad infinita. Quería darse la vuelta, correr de regreso a la seguridad de su cabaña en la orilla del lago, pero se sintió paralizado, paralizado. Sintió el peso de la mirada del ser, presionando su mente, despertando recuerdos que no eran suyos, imágenes antiguas de mundos y estrellas olvidados hace mucho tiempo. La revelación congelada Con una voz profunda y trémula, la figura bajo el hielo comenzó a hablar, aunque sus labios nunca se movieron. La voz llenó su mente, resonando dentro de sus huesos, como una canción que vibra a través de la piedra. Las palabras eran antiguas, sus significados fragmentados y elusivos, pero Nathan las entendió de todas maneras. “Soy el guardián de los recuerdos perdidos, atados por el hielo, retenidos bajo el velo de la aurora. Durante eones, he visto mundos surgir y caer, mis ojos atrapados en el sueño, mi espíritu encadenado por el frío y el tiempo. Aquellos que me miran son raros; aquellos que escuchan, aún más raros”. Nathan intentó hablar, su voz era apenas un susurro en la inmensidad del lago helado. —¿Por qué… por qué estás aquí? ¿Por qué estás atrapado? El silencio se prolongó, denso y pesado. Luego, los ojos del rostro se entrecerraron levemente, como si estuviera meditando sobre una pregunta que no había escuchado en milenios. “Estoy aquí porque fui creado para observar, para presenciar los ciclos del tiempo y la existencia, para recordar lo que no debe olvidarse. Sin embargo, al recordar, soy olvidado. Soy la memoria de este mundo y de otros: una historia tallada en los huesos de la tierra, un observador enterrado en el hielo”. La aurora se hizo más brillante y proyectó sombras vibrantes sobre el paisaje. En ese resplandor sobrenatural, Nathan vio imágenes que desfilaban ante los ojos de la figura: vastas ciudades hechas de piedra oscura, desmoronándose bajo el peso de las tormentas; bosques retorcidos y cubiertos de maleza, enredaderas que se extendían como dedos hacia un cielo infinito; civilizaciones extinguidas, cuyos nombres se perdieron en el hielo. Vio fragmentos de mundos que no conocía, sintió su desesperación como si fuera la suya propia. Un descenso al abismo La voz de la figura continuó, más suave ahora, casi tierna, como un eco de otro tiempo. “He visto tanto, y sin embargo el mundo olvida. Cada nuevo ciclo, nuevas caras vienen y se van. Me miran como tú lo haces, luego se van, solo para ser olvidados por el tiempo mismo. Guardo sus recuerdos, sus miedos y sueños, encerrados bajo este hielo”. El cuerpo de Nathan tembló, el frío de la noche se le filtró hasta los huesos. —¿Por qué me estás contando esto? —logró decir, con la voz quebrada por el peso de esas visiones. Los labios de la figura se curvaron en una leve sonrisa. “Porque eres el primero en escuchar. Y por eso, te has ganado una elección”. Un crujido repentino resonó en el lago y Nathan sintió que el hielo se movía bajo él. Observó horrorizado cómo las fisuras se extendían desde la superficie, delgadas líneas negras que se abrían paso a través de la escarcha blanca. El lago estaba cobrando vida, moviéndose y gimiendo como si también él albergara recuerdos antiguos que ya no podía soportar mantener ocultos. —Quédate —dijo la figura, y su voz se convirtió en un susurro—. Quédate y podrás unirte a los demás bajo el hielo. Verás el mundo como yo lo veo, serás testigo de la eternidad, de vidas que se desvanecen como el aliento del invierno. O puedes irte... pero debes saber que me recordarás y llevarás mis historias contigo, como un peso que se hace más pesado cada noche. La elección inquietante La aurora palpitaba en lo alto, proyectando la sombra larga y delgada de Nathan sobre el rostro bajo el hielo. Sintió una imperiosa necesidad de soltarse, de entregarse al vacío eterno, de hundirse en el hielo y dejar que sus dedos fríos lo arrastraran hacia abajo. Una extraña paz lo invadió, un anhelo de liberación, de silencio. Pero entonces pensó en el mundo de arriba, en la luz del amanecer que nunca volvería a ver, en la sensación de la tierra cálida bajo sus pies. Cerró los ojos, inhaló profundamente y dejó que el aire helado llenara sus pulmones una última vez. "Yo... yo elijo irme", susurró, aunque cada fibra de su ser luchaba contra la decisión. El rostro que se encontraba debajo de él parecía triste, con una expresión de profundo dolor en sus rasgos cósmicos. Sus ojos estrellados se oscurecieron levemente y, por un momento, pareció que iba a llorar. —Entonces vete —murmuró la figura, con su voz como el viento sobre el agua helada—. Pero debes saber esto: soñarás conmigo todas las noches, y en cada sueño volverás a este lugar. Y un día, cuando estés cansado de la vida y de los recuerdos, volverás, y el hielo te reclamará como ha reclamado a tantos. Ecos en la noche Nathan se dio la vuelta y se alejó caminando, con los pies pesados ​​y el corazón palpitando en su pecho. La aurora boreal brilló una última vez, un estallido brillante de color que iluminó su camino. No miró atrás. Pero cuando llegó a la orilla, escuchó un susurro muy débil, una voz llevada por el viento. "Voy a esperar." En los años siguientes, Nathan se vio acosado por sueños del lago, del rostro bajo el hielo, de esos ojos oscuros que lo observaban, llamándolo para que volviera. Cada invierno, sentía su atracción, el lago helado que lo llamaba en la oscuridad de la noche. Y cada año, se resistía, aunque los sueños se volvían más oscuros, el peso de los recuerdos olvidados lo oprimía hasta que sentía que iba a derrumbarse. Un día, volvería. Ahora lo sabía. El lago se había grabado en su alma, lo había unido a su rostro helado y a sus antiguos secretos. Un día, volvería a caminar sobre ese hielo, solo, bajo las luces danzantes del velo de la aurora. Y cuando ese día llegara, sabía que nunca se iría. Lleva "Misterios bajo el velo de la aurora" a tu mundo Déjate cautivar por la belleza cautivadora y el misterio cósmico de "Misterios bajo el velo de la aurora" con obras de arte únicas, disponibles ahora en varios formatos. Ya sea que quieras agregar un toque etéreo a tu espacio o llevar contigo una parte de la historia, estos productos capturan la maravilla surrealista del lago congelado y los cielos de la aurora. Tapiz : da vida a la historia en tu pared con este tapiz detallado, perfecto para agregar una atmósfera de otro mundo a cualquier habitación. Impresión en lienzo : adquiera una impresión en lienzo de alta calidad de la obra de arte, que captura la inquietante belleza de la escena y los temas cósmicos profundos. 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